El Marica
Empieza en Galicia, en el último invierno de la Guerra
civil. Un General de apellido Benítez, junto a su pelotón de Franquistas llevan
a rastras a 3 prisioneros. Todos han sido torturados y flagelados. Atraviesan
las calles del pueblo, son exhibidos como trofeos de guerra para amedrentar a
la población civil. Los presos son colocados en el paredón, que a su vez es la
muralla de contención del convento de las monjas Carmelitas. De los tres
condenados, dos son fusilados por el pelotón. El tercero, Castellanos, es un catedrático de filosofía de la
universidad Complutense, es halado por Benítez, quien le dedica unas cuantas
palabras y acusaciones, previas al ajusticiamiento. El General le acusa de anarquista y de
atentar contra los Nacionalistas, pero además certifica que lo matará por ser
un “maldito Marica”. El asesino saca su Luger del cinto y la coloca en la sien
del preso y al finalizar el discurso acciona el gatillo y mata al profesor. En
medio del público, sin que nadie lo sepa, está el enamorado secreto de este
tercer preso asesinado por cobardía. A este “novio” le llamamos “El Marica”, el
primer Marica de nuestra historia, quien le brinda sepultura a su amor bonito,
no sin antes jurar venganza.
Este primer “Marica”, más adelante en la obra
sabremos que se llama Iribarren.